A la primera ocasión que tuvieron, los Bulls cerraron la serie ante Atlanta ganando en el Philips Arena, para colarse en la Final de Conferencia por primera vez desde el año 1998 (último anillo de la franquicia).
Una excelente defensa, que dejó a los halcones en un pírrico 36.5% de acierto y con un 1 de 11 en triples, fue la clave para entender la facilidad con la que los toros se llevaron el partido ante un conjunto que iba a la desesperada y que pronto reconoció su inferioridad.
Para los Bulls, es una inmejorable noticia el partido que firmó Boozer, un jugador del que necesitarán lo mejor para intentar dejar en la cuneta a Miami.
Tras los primeros doce minutos, el marcador no ofrecía dudas de qué equipo estaba dispuesto a llevarse el gato al agua. 17-27 con nueve puntos del “ex” de Utah y con un Rose más dedicado al reparto (4) que a la anotación (5).
Se rompió el partido en el segundo cuarto, cuando un parcial de 0-7 puso un 25-42 mediado el mismo, y con los interiores rojos haciendo mucho daño a unos superados Horford y Smith. Una pequeña reacción local permitió que siguiera la decena de diferencia al descanso (35-45). Habían salvado los muebles de milagro.
No hubo posibilidad de recorte en el tercero, ya que el MVP tomó las riendas y primero anotando y luego asistiendo, hizo que su equipo disfrutara de hasta 17 puntos de ventaja durante varias fases del tercer parcial y una máxima de 19.
El último y definitivo cuarto de la serie y de la temporada para Atlanta, fue un festival de los Bulls que sirvió para que Boozer&Rose terminaran de redondear sus respectivos partidazos, y para que el público local mostrara su disconformidad con algún que otro abucheo.
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