Incluso en los peores momentos (segundo cuarto), siguieron creyendo en sí mismos, en sus posibilidades y en su líder.
Los Memphis Grizzlies forzaron en el FedEx, el que será primer 7º partido de lo que se lleva de Playoffs, y lo hicieron a su estilo, a su manera.
Con Mayo en el lugar de Young en el quinteto, Lionel Hollins esperaba que esa amenaza exterior abriera espacios a sus jugadores interiores, y le salió la jugada perfecta.
OJ cumplió y Zach encontró aro con bastante más facilidad que en partidos precedentes.
Tras un primer cuarto igualado (23-21), pero que dejó a Durant con dos faltas y psicológicamente fuera del partido, los Thunder tomaron las primeras ventajas significativas en el segundo, gracias al buen papel de su segunda unidad, comandada por Maynor, Harden y Collison.
El momento crítico para los locales llegó cuando primero entre un imparable Westbrook, que llegaba a la cocina sin oposición alguna, y dos triples de James Harden, el marcador señalaba un 41-54 a pocos segundos del descanso.
Un triple de Battier sobre el tiempo le dio aire a los osos para irse con -10.
Algo pasó en ese vestuario, porque los Grizz salieron a la cancha mordiendo, cerrando filas en defensa y negando al vigoroso base visitante esas penetraciones que tanto daño habían provocado.
La primera parte del trabajo estaba hecha.
Zach Randolph se encargó de la segunda, de lograr puntos facilidad y desarbolar la defensa de los truenos, incapaz de detenerlo anoche tras varios partidos minimizando sus porcentajes.
Con Z-Bo solventando los problemas en el ataque estático y con Allen y Mayo liderando la defensa exterior, cambió el panorama completamente en el tercer cuarto gracias al 28-14 de parcial que le daba alas a los locales.
Si Randolph había anotado 8 puntos en el tercer cuarto para voltear el resultado, en el último se encargó de mantener a los suyos cuando volvieron a apretar los Thunder, siempre con Westbrook a la cabeza, como único jugador solvente ante la desaparición de un Durant incapaz de zafarse de la defensa de Allen y Battier.
Una docena de puntos el ala-pívot local en el último periodo sentenciaron a Oklahoma, volvieron loca a la grada, y descubrieron las miserias de unos Thunder que anotaron 29 puntos en toda la segunda parte.
Gasol tuvo una jornada de intangibles, haciendo un poco de todo y siendo el pegamento del equipo, incluido un robo de balón antológico tirándose cual portero de fútbol. 8 puntos, 9 rebotes, 2 asistencias, 2 robos y 3 tapones fue su bagaje.
La afición del FedEx despidió a los suyos como auténticos héroes, con la esperanza que su equipo logre completar la machada y el de anoche no haya sido el último partido que presencian en directo.
No lo pondrán fácil unos Thunder que al amparo de su público, intentará acabar por fin con la resistencia de un equipo que sigue sorprendiendo.
Necesitarán recuperar al mejor Kevin Durant, algo que ocurrirá sí o sí, porque un jugador así puede tener una mala noche, pero dos seguidas, jamás.
Será el domingo. 7º partido. Win or go home.
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